Las suculentas son plantas geniales, resistentes y fáciles de cuidar, pero cuando llega el momento de trasplantarlas, pueden ser más delicadas de lo que parecen. Si no se realiza correctamente, las hojas pueden desprenderse con facilidad y las raíces pueden sufrir daños que afecten su crecimiento.
En esta guía completa te enseñaremos cómo trasplantar suculentas sin que sufran, cuándo es el mejor momento para hacerlo, los cuidados posteriores y los errores más comunes que debes evitar.
El trasplante no es un procedimiento que deba hacerse sin motivo. Hay situaciones específicas en las que cambiar de maceta a una suculenta es necesario para su salud y crecimiento.
El mejor momento para trasplantar suculentas es en primavera o principios de otoño. Evita hacerlo en pleno invierno o verano, ya que los cambios extremos de temperatura pueden afectar su adaptación.
Aquí te explicamos el proceso con materiales y pasos detallados para que lo hagas de manera segura y efectiva.
En mi experiencia, este es el paso más delicado porque las hojas se desprenden con facilidad. Usa una palita o cuchara para aflojar la tierra alrededor de la planta y sácala sujetando la base del tallo, nunca las hojas.
Si el sustrato está muy compacto: Golpea suavemente los lados de la maceta o aprieta la base para aflojar la tierra sin dañar las raíces.
Antes de colocar la suculenta en su nueva maceta, sacude con cuidado el exceso de tierra vieja. Esto ayuda a que las raíces se adapten mejor al nuevo sustrato.
Si notas raíces podridas o secas, córtalas con unas tijeras desinfectadas. En caso de que la planta haya estado en un sustrato muy húmedo, déjala reposar un día sin plantar para que las raíces cicatricen.
Elige una maceta un poco más grande que la anterior, con buen drenaje. Coloca una capa de piedritas o grava en el fondo para mejorar la circulación del agua.
Agrega el nuevo sustrato hasta la mitad y haz un hueco en el centro para colocar la suculenta.
Coloca la suculenta en el centro de la maceta y cubre las raíces con más sustrato. No presiones demasiado la tierra, ya que las raíces necesitan espacio para expandirse.
En este paso, yo suelo revisar que la planta esté bien centrada y a nivel para que crezca pareja.
Este es un error que muchos cometen. Después de trasplantar, espera entre 3 y 5 días antes de regar. Esto permite que las raíces cicatricen y evita la pudrición.
Tras plantar tu suculenta en su nueva maceta, es importante darle tiempo para adaptarse.
Coloca la suculenta en un lugar con luz indirecta durante los primeros días. Evita el sol directo para que no se queme mientras se recupera del trasplante.
Como mencioné antes, espera unos días antes de regar. Luego, hazlo con moderación. Las suculentas no toleran el exceso de agua, así que revisa siempre que el sustrato esté seco antes de volver a regar.
No es necesario fertilizar justo después del trasplante. Si quieres hacerlo, espera al menos un mes y usa un fertilizante suave para suculentas.
Si bien el proceso parece sencillo, hay errores frecuentes que pueden afectar la salud de la suculenta. Aquí te dejo algunos de los más comunes y cómo evitarlos:
Ahora ya sabes cómo y cuándo trasplantar suculentas sin dañarlas, qué materiales usar y qué errores evitar. Siguiendo estos pasos, te aseguras de que tu planta se adapte bien a su nuevo hogar y crezca sana y fuerte.
Yo he aprendido que tratarlas con delicadeza es clave. Si sigues mi método de aflojar la tierra con una palita, limpiar las raíces y esperar unos días antes de regar, evitarás problemas y verás a tu suculenta florecer con éxito.
Ahora dime, ¿has trasplantado suculentas antes? ¿Tienes algún truco que funcione bien para ti? ¡Déjamelo en los comentarios!
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